Siempre cuento dos cosas de ti: 1) diste a luz a
dos bebés enormes, sin epidural… esos días todas las enfermeras del hospital
comentaban tu valentía y tu fuerza; 2) los domingos para comer hacías una media
de 200 croquetas y en tu casa eran solo cuatro personas.
Pero son tantas las cosas que siempre recordaré de
ti…
Cuando de pequeña estaba mala y no podía ir al
colegio, me quedaba en tu casa para que me cuidaras y me dabas 7up en un vaso
con una cucharita.
Te recuerdo haciendo, junto a mi madre, mi vestido
de primera comunión… aunque también hacías disfraces, de esos que ganan
concursos.
Viajamos juntas a Burgos a un campeonato de España
de los niños. A ti no te gustaba viajar en avión y yo fui para acompañarte…
¡qué momentos nos regaló ese viaje!
Te recuerdo siempre disponible, preocupada por
todos e intentando ayudar.
En mi memoria siempre serás cuatro; con mi madre y
mis otras dos tías, una piña.
Tan distintas todas, pero tan iguales al mismo
tiempo.
Te recuerdo viajando a Madrid para una de mis
pruebas del vestido de novia, o viniendo a ayudarme un fin de semana que estaba
sola en casa con el niño.
Te recuerdo dando paseos por el mar a Guille en su
carrito, para que yo pudiera nadar, comer tranquila o simplemente descansar un
rato… Nunca podré olvidar cómo cuidabas y consentías a mi hijo, como si otro de
tus nietos fuera.
Te recuerdo viajando a La Palma en barco, las dos
mareadas. Celebrando juntas nuestro cumpleaños. Soplando las velas de una tarta
asunción, que con tanto mimo hacías.
“Así somos las Leos” me decías muchas
veces; teníamos tantas cosas en común…
Te recuerdo pura bondad, porque así eras.
Y así quiero recordarte. SIEMPRE.
Porque borrarte de mi corazón va a ser IMPOSIBLE.