martes, 8 de junio de 2010

Recordar.




Nos conocemos desde hace tanto tiempo, que he olvidado la primera vez que te vi.

Te recuerdo en el palomar de tu abuelo.

Te recuerdo en tu casa, la primera vez que nos quedamos solas.

Te recuerdo con el chándal, con el equipaje y disfrazada.

Te recuerdo en baloncesto, cuando me cambié al turno de tarde.

Te recuerdo en las clases de Tera, cuando nos peleábamos por un amor.

Recuerdo muchas risas. Y algún que otro llanto.

Te recuerdo en las clases de María Rosa, jefas de los bailes de fin de curso.

Te recuerdo en el cine, viendo Titanic.

Te recuerdo en las clases de Jose, en las de María José, en la de tecnología y en las de aquella profesora tan mona de francés que tuvimos ¿Cómo se llamaba?

Te recuerdo haciendo la fila en la cancha.

Te recuerdo en las clases de música, con sus silencios marchosos.

Recuerdo las excursiones y acampadas.

Te recuerdo en las clases de Carlos Delgado, donde los traspasos de información eran lo más normal y donde sacar un 2, podía ser perfectamente un 10.

Te recuerdo los viernes en comedor.

Te recuerdo cuando entraban en clase para preguntar por Eduardo Suárez, si, había perdido otro jersey.

Te recuerdo adorando a los mayores.

Te recuerdo nerviosa.

Te recuerdo haciendo la fila, para coger golosinas en el despacho de Clímaco.

Te recuerdo en momentos buenísimo... y en otros no tan buenos.

Recuerdo miradas cómplices, que decían mucho.

Te recuerdo en las clases de astronomía.

Te recuerdo como novia de Carlos Cómez. Y mis celos.

Te recuerdo en el patio de los mayores, cómo nos gustó el cambio.

Te recuerdo en tantos entrenamientos, viajes, partidos contra el Luther e InterNuryanas.

Te recuerdo en nuestra graduación.


Y te recuerdo ahora. Porque aquí seguimos, aunque parezca increíble.

Cotilleamos, hablamos, comentamos y volvemos a cotillear.

Y yo no me acuerdo de nadie, ni de nada… pero ahí estás tú, para recordármelo.


FELICIDADES.

Te quiero.

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