martes, 28 de diciembre de 2010

B.


No sabes cuánto me gustaría que estuvieras aquí.


Bajar al club: un poco de biblio y algo de pared blanca (que no falte).

Subir las peligrosas curvas de Ifara a 50. Todo un récord.

Pasear por el centro.

Un té helado de melocotón, como no, en la crepería.

Pensar a dónde ir en fin de año y terminar donde siempre.

No tener ganas de salir y que tú me saques de casa.

Tu Opel Corsa.

Comida del trío en la Tasca del Mencey, tradición tinerfeña.

Aparcar en tu parking y tomarnos algo en La Noria.
Si, te acompaño a sacar el coche, que ese parking es muy oscuro.

Llamadas telefónicas a un 922.

Ver como vienes a buscarme y nunca sabes dónde parar.
Claro... ¡como te quitaron la cabina!

Escuchar tus ruegos para ir a pasar un día al Poris.

Hablar susurrando y con nombres clave, porque si, las paredes de Tenerife, escuchan.

Sorprenderme cuando me acompañas al gimnasio.

Salir contigo por la noche y comprobar que realmente
conoces a TODO Santa Cruz.



No sabes cuánto me gustaría que estuvieras aquí.



1 comentario:

Anónimo dijo...

La llevas contigo a todos lados, y en que mejor sitio que en tu corazón. Un abrazo gigante, Mi.