Da igual que no te dedique una entrada.
O una canción.
Da igual que no te suba una foto.
O te escriba unas palabras.
Es igual.
Porque tú siempre estás aquí.
En una película.
Una canción.
En un recuerdo.
O en una foto colgada en la pared.
Tú siempre estás aquí.
En mi propia piel...
(Siempre)